La profesión de AGENTE DE COCINA es accesible a muchas personas; pero necesita un mínimo de práctica.
Hay que aprender cómo y dónde comprar, buscar nuevos proveedores y ser exigente en la calidad del producto.
Se debe calcular bien los precios y la cantidad de los alimentos para poder ajustar el presupuesto de la cesta de la compra y no perder dinero en productos que se estropear.
Cuántos más clientes se tenga, más beneficios se obtendrán, pudiendo comprar alimentos al por mayor. Pero será más difícil adaptarse a los gustos de todas las familias. El AGENTE DE COCINA no debe imponer sus criterios: sólo puede aconsejar e insinuar un cambio de preferencias en el cliente.
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